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El uso del regulador de presión en instalaciones de GLP para automóviles

El uso de gas GLP o metano para propulsar automóviles está creciendo cada vez más en el mercado automotriz global gracias a una reducción en los costes, y también por una visión ecosostenible en el sector del transporte. Centrándonos en el GLP, el consumo en comparación con un motor de gasolina clásico, es aproximadamente un 20% mayor; pero la ventaja principal radica en el coste de este tipo de combustible, que es aproximadamente la mitad.
En cuanto a la realización, existe la posibilidad tanto de convertir los automóviles de gasolina en un sistema híbrido, como la posibilidad de comprar coches equipados con ambos sistemas. Por si no fuera poco, se están desarrollando motores con un mayor rendimiento y cuentan con todos los dispositivos necesarios para garantizar que se utilicen de forma segura. Además, de acuerdo con la ley, es necesario que exista un conmutador que permita elegir cómodamente el tipo de alimentación desde el puesto de conducción.

¿Cómo funciona un sistema GLP en el sector automovilístico?

La instalación consta de varias partes necesarias para su correcto funcionamiento. En especial, podemos nombrar:
- Depósito: generalmente fabricado de material muy resistente para poder soportar golpes o daños, preservando así la salud del conductor en caso de accidente. El GLP en el interior se mantiene a una presión especialmente alta, aproximadamente a unos 300 bar de prueba y 220 bar de ejercicio, y está presente en estado líquido. Estas presiones hacen posible almacenar grandes cantidades y permitiendo largos desplazamientos de forma eficaz.
- Reductor o regulador de presión primario: se utiliza para llevar el gas a la presión deseada para su funcionamiento, permaneciendo siempre en estado líquido. Pasa de unos 3/10 kg/cm2 a 0,4/1,2 kg/cm2.
- Evaporador: el fluido ingresa en una bobina a contracorriente con agua caliente proveniente del motor, provocando el calentamiento y la vaporización del GLP.
- Reductor o regulador de presión secundario: la presión vuelve a un valor inferior a la presión atmosférica. Es fundamental que funcione correctamente para regular el flujo del carburador. Además, es muy sensible a las temperaturas y condiciones de funcionamiento y debe asegurarse que la presión sea siempre menor que la atmosférica para evitar que el GLP se escape libremente hacia la atmósfera durante el funcionamiento del sistema.
- Colector de aspiración: a través de los inyectores llega a este componente y se forma una mezcla con aire apto para la combustión.
- Combustión: en este punto se hace posible la combustión asegurándose que le llegue la correcta alimentación al automóvil.

A partir de este sencillo esquema de la instalación, queda claro que el GLP necesitará de reguladores o reductores de presión para realizar correctamente su tarea dentro del ciclo de energía de un automóvil. La instalación, el mantenimiento y el uso correcto son prácticas fundamentales para asegurar que los componentes no se dañen y que se lleve a cabo un funcionamiento óptimo.
21/12/2020




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